¡Por fin!
Después de cambiar de idea sobre la publicación.
Después de olvidarme la cámara en casa de mi abuela.
Después de seleccionar y preparar las fotos.
Después de todo eso os puedo contar lo que tenía pensado
contar.
Y después desapareceré unos días por problemas técnicos que
probablemente me impidan actualizar :(
Pero aún así os voy a contar todo lo que tengo previsto para
hoy.
En primer lugar, que estoy súper contenta porque ayer el blog
cumplió 5 meses y ya ha superado las 17.000 visitas (el objetivo estaba en
15.000) No sé si es mucho o poco pero a mí me hace ilusión ir sumando cada día
lectores. Lo de los seguidores va un poco más lento pero todo se andará,
jejeje.
Y ahora paso a la receta. ¡No! A la receta no, a laS recetaS.
Y es que hoy os traigo dos recetas de lo más simplón pero a
la vez riquísimas.
De esas que seguro que ya habéis hecho o comido un montón de
veces. De esas sencillitas por las que tod@s empezamos. Los que me conocen saben
que soy incapaz de seguir una receta al pie de la letra, siempre le tengo que
poner mi toque, unas veces sale bien y otras … mejor haber seguido la receta.
Las dos de hoy salen bien (y tengo testigos)
Voy a empezar con los bizcochitos que fue con lo que empecé
la semana.
Aquí los tenéis con la luz mañanera.
El lunes fui a comer con unas amigas y, como las tengo tan
mal acostumbradas, me levanté tempranito para prepararles algo para la
merienda.
La receta de partida era la de los mini cupcakes de plátano
y nueces de Amanda Laporte. Pero al final se transformaron en bizcochitos de
plátano y fresas.
INGREDIENTES:
(para 12 bizcochitos)
80gr de mantequilla
110gr de azúcar
1 huevo
135gr de harina
1 cucharadita de levadura en polvo
80ml de leche
60gr de plátano triturado
Unas cuantas fresas
Unas nueces
En un bol, mezclamos la mantequilla con el azúcar y batimos,
añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que nos quede una mezcla cremosa.
Añadimos la harina tamizada, la levadura, la leche y el
plátano triturado y seguimos batiendo hasta que todos los ingredientes estén
ligados.
Lavamos y picamos menudas unas fresas.
Ahora vertemos la mezcla en moldes. Yo utilicé unos de
silicona de 4x9cm aproximadamente. Puse toda la masa en una manga y eché un
poquito en cada molde, luego puse unas fresas y volví a cubrir con la masa.
Para decorar les puse un trocín de nuez a cada uno.
Se hornean durante 20 minutos a 170ºC para que suban un poco.
Una vez cocidos los sacamos del horno y los dejamos enfriar
un rato. En cuanto veamos que se pueden despegar de los moldes sin que se
rompan los desmoldamos y los dejamos enfriar por completo sobre una rejilla.
¡Quedan tan monos!
Como me sobraba un poco de masa aproveché para probar unos
moldes que me había comprado este verano en “A loja do gato preto” en Lisboa.
Quedan unas flores súper bonitas. En este caso, en vez de poner las fresas en
el medio, les puse un buen puñado por encima y ya veis como queda.
Ahora solo me quedaba empaquetarlos para llevármelos, me voy
quedando sin ideas para hacerles cada vez una cosa diferente. La verdad que mis
amigas son muy agradecidas pero se me están volviendo un poco gourmets, jejeje,
y eso que esta vez nos falló mi más fiel seguidora (Patri y Auro el próximo día os llevo ración doble)
En esta ocasión me decante por algo sencillo, una pequeña blonda
de papel y celofán atado con dos lacitos de organza. Los elegí en rojo por el
tema de las fresas pero me parece que ese color es un poco agresivo, para la
próxima retomaré los colores románticos, jijii.
Como veis, esta es una idea la mar de resultona para llevar
un detallito dulce para compartir. Algo tan sencillo como un bizcocho lo
horneamos en porciones individuales, lo empaquetamos con un poco de cariño y ¡listo!
Ahora vamos con la receta que cerró la semana. Estos días
llegué a la conclusión de que la repostería creativa no es lo que más me atrae.
Utilizo el fondant para pequeños detalles en los cupcakes o para las galletas
pero ¿tartas cubiertas enteras de fondant? Puffff, me agobia hacerlas y no me
da más por comerlas. Así que he decido potenciar la repostería tradicional, cuidando
su presentación y esas cosas pero dejando el sugarcraft de lado. Aun así,
reconozco que admiro y envidio algunas de las maravillas que veo.
Y como la semana empezó con bizcocho acabó con bizcocho.
El domingo decidí retomar la receta del primer bizcocho que
hice en mi vida, jejeje. El famoso bizcocho de yogurt.
INGREDIENTES:
3 huevos
1 yogurt de limón (y guardo el vaso para medir los siguientes
ingredientes)
1 vaso de aceite de oliva suave
2 vasos de azúcar
3 vasos de harina
1 sobre de levadura en polvo.
Por este orden se echa en una fuente y se bate todo junto
hasta que no quedan grumos.
Ahora es cuando viene mi aportación extra. Un par de
cucharadas generosas de dulce de leche. Mmmmmmmm, pa morise. Y unas pepitas de
chocolate que las muy desgraciadas se escaparon al fondo y a los laterales.
Para facilitar todavía más el proceso me decidí a usar unos
moldes de cartón que había encontrado estas navidades en los chinos.
Ponemos el horno a 180ºC y metemos el bizcocho. Pasada media
hora comprobamos que no se esté chamuscando por encima. Si lo vemos muy dorado
lo tapamos con papel de aluminio. Luego tendremos que ir comprobando cada
cierto tiempo si ya está cocido. A mí me tardo algo más de una hora. Soy
incapaz de calcular el tiempo de este bizcocho, jejeje. ¿Alguien tiene algún
truco?
Cuando al pincharlo nos salga el palillo seco lo podemos
sacar del horno.
Se espolvorea con azúcar glas y listo para merendar.
Podéis comprobar que a pesar de estar tanto tiempo en el
horno se queda esponjosito y jugoso.
A veces lo más sencillo es también lo más rico.
A veces lo más sencillo es también lo más rico.
Y ahora os voy a contar mi último descubrimiento de esa
tienda sueca que vende puzles en 3D que luego usamos de muebles. Salí de
trabajar y me fui directa a mirar unas cosas así que aproveché y comí allí algo
rápido. Cuál fue mi sorpresa al ir a pagar y ver que en la caja tenían unos
botes de crema de chocolate con trocitos de caramelo ¡estaré eternamente
agradecida a la cajera por no estar en ese momento y hacerme esperar!
Ya os podéis imaginar el resultado. Terminé de mirar todo lo
que tenía que mirar y al salir me pasé por la tienda de alimentación a por el
botecito y mientras lo buscaba me encontré con otra maravilla ¡pasta de
mazapán! Siiiiiiiiiiii, pasta de mazapán apta para teñir y modelar/moldear ¡por fin! Un
sitio en España que la vende. 1,99€ el paquete de 200gr. Al ir a pagar se
confirmaron mis sospechas respecto a la crema de chocolate, había llegado ayer
(por lo menos a Asturias) por eso yo no la conocía, ya me extrañaba a mí no
haberme enterado de semejante avance.
En los próximos días la probaré y os contaré qué tal pero si
alguien la prueba antes o ya la conocía que nos cuente, porfi.
Pues hasta aquí es lo que ha dado mi semana.
Ya os he dicho que tardaré unos días en volver por aquí pero
os dejo unas cuantas cosas para probar. Además no hay excusas, que es todo bien
facilón y los ingredientes los tenemos todos en casa.
Hasta la próxima.
Besinossssssssssssssssssssssssssssssssss